Este día te quiero recordar que no hay tiempo perfecto para hacer algo que te pese, para tener una conversación dolorosa, para empezar el proyecto de tu vida. Nos ponemos exigencias que no son reales.
Nos presionamos, nos ahorcamos, queremos que todo sea con un excelente resultado y ¿qué crees? NO PASARÁ.
La vida está llena de puntos negros y nosotros decidiremos qué tanta importancia queremos darles, o sea qué tanto queremos hacerlos grandes, ponerles toda nuestra energía y enfocarnos en algo que tampoco nos sume mucho que digamos.
“Se hizo lo que se pudo con lo mejor que teníamos en su momento.”
Esta frase me gusta resaltarla porque es verdad. En su momento (cualquier situación con la que estabas lidiando), hiciste lo mejor que pudiste. Si después te arrepentiste, si hubieras hecho las cosas diferentes, si pudiste asesorarte de otra forma, si hubieras hablado con otro tono etc etc. No tiene caso darle vueltas, porque como te repito: “Se hizo lo que se pudo con lo mejor que teníamos en su momento.”.
Liberémonos de culpas. Vinimos al mundo a aprender, vinimos al mundo a disfrutar, venimos al mundo a dar amor a nuestros cercanos.
Repite conmigo:
“Hoy estoy haciendo lo mejor que puedo con lo que tengo”.
¡Te acompaño con una copa de vino y brindemos por la vida que se pasa de volada!