Son las 3:22pm de un jueves. Los saludo desde mi nueva oficina con una vista espectacular desde el piso 19.
Estoy FELIZ con esta decisión y en este espacio te cuento por qué.
Parte de mi modus operandi de todos los días es trabajar entre 4 y 8 horas. Ahora me estoy dividiendo entre Dulka y mi marca personal que como saben, me apasiona demasiado.
A pesar de que me dijeron que tengo que descansar mucho más por mi tipo de human design (soy projector) que me leyeron hace 2 semanas como te lo conté en el blog anterior no he logrado adaptar mis nuevos horarios y estoy aprendiendo a descansar.
Llevo 1 mes y medio desde que regresamos de la luna de miel y ha sido un cambio grande tanto para mi como para Maqui. Los dos independientes, con diferentes costumbres y sobre todo horarios.
Empezamos haciendo home office los 2 y aunque si nos divide una puerta, era difícil mantener la concentración, respetar horarios y sobre todo fluir entre los dos.
Un día platicando en la cena, llegamos al acuerdo de encontrar un espacio físico (en mi caso) y el irse a la oficina.
Los lunes, miércoles me toca a mi y a Maqui los martes y jueves. El viernes es de chocolate y además ya no hay juntas tan intensas.
Tener una oficina me está cambiando el humor para bien. Tener una oficina fuera de donde vives es parte de la salud mental por muchas razones pero principalmente sales de tu rutina, cambias el chip, cambias de aires, conoces gente, te arreglas para ir a trabajar a otro espacio, entre muchas otras cosas más.
Se me acomodaron las cosas y firmé contrato el 31 de agosto con una súper promoción. Voy a probar de ahorita a enero a ver como me voy sintiendo y sobretodo cómo va fluyendo todo con mi esposo y mi nueva vida.
Así que si tienes oportunidad, aprovecha trabajar fuera de casa, en un lugar donde pueda salir un poco de la rutina. Si por el momento no puedes rentar algo, empieza por trabajar 1 o 2 días en la semana en un café cerca de donde vives y empezarás a ver diferencias.
Les dejo esta playlist que uso para trabajar.
Besos!!!
MCU